Algo de historia
Cómo muchos de ustedes sabrán, el Frente 20 de Diciembre nació allá por el año 2002 cuando desde el claustro estudiantil de la Facultad de Humanidades buscamos derrotar por fin a la Franja Morada, que venía gobernando el Centro de Estudiantes desde el retorno a la democracia, con solo una interrupción en 1998 cuando Confluencia ganó la elección. En la formación del Frente participaron las agrupaciones: Atuel (vinculada al Partido Obrero), Confluencia (entonces vinculada al Partido Comunista) y La Corriente (vinculada al Partido Comunista Revolucionario). La actuación del gobierno de De la Rúa y la rebelión de diciembre de 2001 dejaron su huella en la escena política local y, de diversos modos, nosotrxs nos asumimos como hijos de aquella experiencia. En octubre de 2002 finalmente obtuvimos la conducción del CEH, la cual mantuvimos como Frente hasta el año 2007, con posterioridad el Centro fue conducido por La Corriente. Después de octubre de 2002 se sumaron al Frente las asambleas de estudiantes de los departamentos de Letras, Geografía y Filosofía (hoy Deconstrucción Asamblearia), la agrupación A.R.L.T. de letras, así como también la agrupación Venceremos. Esa experiencia de militancia estudiantil fue central en nuestra formación militante y nos demostró la necesidad de construir un espacio de articulación entre agrupaciones y personas que -con diferencias- poseían y poseen una sensibilidad de izquierda.
En el año 2005, luego de que muchxs de lxs estudiantes que pasaron por aquella experiencia se graduaran, se formó la "Agrupación 20 de Diciembre" en el claustro graduados. En aquella oportunidad entendimos que sí queríamos transformar la Facultad no alcanzaba sólo con procurarlo desde el claustro estudiantil. Debíamos pensar en la construcción necesariamente a mediano y largo plazo de una alternativa que integre a todos los sectores que participan de la vida universitaria. Por aquel año ganamos la representación de los graduados en el Consejo Académico de la Facultad de Humanidades y, entre otras importantes actuaciones como el trabajo en las escuelas, facilitamos desde allí con nuestros votos (junto a los de la Lista Síntesis y en contraposición a la mayoría docente) la reapertura de la Carrera de Sociología garantizando -en contra del simple dedo- el mecanismo de los registros de antecedentes para la elección de la planta docente.
A partir del 2008, y como política desarrollada por los integrantes de la agrupación, muchos de quienes la conformamos luego de haber pasado o estando en algún sistema de becas, comenzamos a ingresar a la planta docente de la facultad de humanidades. Desde allí procuramos construir la agrupación también en el claustro docente.
TODOS LXS DOCENTES DE ESTA AGRUPACIÓN ACCEDIMOS A NUESTROS CARGOS POR REGISTROS DE ANTECEDENTES; SIEMPRE CONTRA LA LÓGICA DE ACUMULACIÓN DE CARGO, TAN EXTENDIDA EN NUESTRA FACULTAD. Sostenemos esto porque luchamos contra la práctica naturalizada de que lxs becarixs de CONICET tengan varios cargos docentes, incluso cuando por cuestiones de incompatibilidad sólo pueden cobrar uno. Lxs militantes de “la 20” que somos becarixs priorizamos el trabajo de todxs nuestrxs compañerxs becarixs y graduadxs y no retenemos varios “cargos” con el único objeto de impedir el acceso de otrxs graduadxs y acumular antecedentes a costa de nuestrxs compañerxs.
EN TODOS ESTOS ESPACIOS, SIEMPRE HEMOS CONSTRUIDO DESDE EL LUGAR DE OPOSICIÓN. NO PORQUE NOS AGRADE ESTAR EN EL LUGAR DE LOS OPOSITORES, SINO PORQUE NO COMPARTIMOS LAS PRÁCTICAS POLÍTICAS (Y LA AUSENCIA DE POLÍTICAS así como de proyectos interesantes) DE LAS DISTINTAS GESTIONES DE HUMANIDADES, PARTICULARMENTE DESDE EL 2008 A LA FECHA.
Espacio de articulación como definición política
Allá por el 2007 los integrantes de la organización decidimos ampliar el nombre de la Agrupación quedando finalmente la siguiente nominación: “Agrupación 20 de Diciembre – Universidad Popular”. Este cambio nominal se correspondía con la necesidad de fortalecer la agrupación como espacio de articulación de personas y agrupamientos que, viniendo de diferentes tradiciones políticas y manteniendo diferencias a veces profundas, se sentían partícipes de una construcción conjunta como portadores de una sensibilidad de izquierda.
Actualmente la agrupación cuenta con integrantes que poseen diversas perspectivas políticas: compañerxs independientes, militantes barriales, trabajadores de escuelas, de Proyecto Sur, del Partido Comunista Revolucionario (manteniendo su definición como espacio propio, del Frente Darío Santillán, del Partido Comunista, anarquistas y kirchneristas que militan en la Agrupación Carlos Miguel y Nuevo Encuentro.
Sin duda lo que nos ha mantenido unidos a pesar de las diferencias son: el respeto por las diversidades, las discusiones mantenidas fraternalmente y, sobre todo, nuestras prácticas políticas en el territorio de la Facultad y la conciencia acerca de la necesidad de construir una alternativa política de izquierda para Humanidades.
Por todo ello, la agrupación se mantiene como un espacio de articulación donde, con mucho interés colectivo y nada de mezquindades individuales, se procesan las diferencias políticas. Esto no quita que cada unx de nosotrxs tenga plena libertad para buscar un ámbito dónde canalizar y proyectar nuestras inquietudes político-ideológicas en una dimensión más amplia que la universitaria.
Construyendo la alternativa
Así como comprendimos que desde un solo claustro no se puede cambiar la realidad de toda la Facultad, entendimos que la construcción de una alternativa para el gobierno de la Facultad implica la articulación entre diferentes espacios que mantengan determinadas ideas y proyectos comunes. Ninguna agrupación por sí sola podrá realmente dar forma a una alternativa y sólo será funcional a que permanezcan los mismos que vienen gobernando hace muchos años la Facultad.
Nosotrxs, por nuestra parte, nos dispusimos a elaborar políticas de gestión, nos preparamos para elaborar proyectos para llevar a cabo desde la Facultad. Consideramos que la revolución social no empieza en humanidades pero sí que la facultad debe ser una herramienta indispensable para la transformación social y no un fin en sí mismo. Por eso, estamos desarrollando iniciativas que apuntan a cambiar profundamente el sentido de la Universidad y volverla una herramienta del campo popular y de la transformación social. Todas esas iniciativas buscan fomentar el trabajo con organizaciones políticas y populares, con escuelas, el trabajo en los barrios, la articulación con sindicatos, la creación de un periódico universitario de distribución gratuita en los puestos de diarios de la ciudad, etc.
Nuestro objetivo es posicionar a la Universidad como un actor clave de la transformación social, lo cual implica “llenarse de” y a la vez “dar respuesta a” las necesidades populares. En ese camino estamos inmersos y hacia esa meta nos dirigimos.
La política del rumor
Lo que definimos como la política del rumor, el lanzamiento de sospechas, la simple y llana difamación y demás prácticas políticas que destruyen toda posibilidad de construcción colectiva lamentablemente están poblando los pasillos de humanidades y las redes sociales. Imbéciles hay en todas partes, nuestra facultad no es una excepción. Eso no nos importa. Lo que sí duele y hasta abochorna, es que compañerxs que han compartido una historia con nosotrxs o que hoy participan de espacios de construcción política que consideramos honestos y positivos, se sumen a esa manera de hacer política que elimina la discusión abierta, la complejidad del debate y el tratamiento de las diferencias políticas.
Entendemos que distintos sectores, con miradas limitadas sobre la construcción política, se benefician de estas prácticas; por eso persisten. Pero es claro que a mediano plazo enturbian cualquier posibilidad de una alternativa política de gestión a la actual conducción de Humanidades. Por eso jamás nos sumaremos a ellas. Las diferencias políticas se discuten cara a cara, de frente y siempre con respeto.
Entre esas críticas soterradas y maliciosas se acusa a compañeros de nuestra agrupación de tener un acuerdo (AUNQUE NUNCA SE MENCIONA EN QUÉ CONSISTE) con la actual gestión de Humanidades. Lamentablemente esto se produce justo cuando nos encontramos en pleno proceso electoral en el claustro de Graduados donde PRECISAMENTE nos enfrentamos electoralmente a la lista de la gestión de Humanidades (con la que supuestamente tenemos algún acuerdo) y dónde se juega, en gran medida, la construcción de una alternativa para la Facultad. Absurdos de los modos de la política en Humanidades.
Por todo esto, llamamos a lxs compañerxs que pretenden construir una alternativa a las prácticas y horizontes políticos de la gestión de Humanidades a pensar en la articulación de un espacio conjunto que integre a las fuerzas políticas con sensibilidad de izquierda, apostando a dejar en un segundo plano sus diferencias. Para ello será necesario, como primera medida, abandonar la política del rumor y el macartismo entre militantes y poner nuestras energías en la construcción de proyectos políticos más abarcadores. Cualquier otra actitud no hace más que beneficiar a quienes supuestamente se critica y así, detrás de discursos pretendidamente radicalizados, no se cambia absolutamente nada.
Mar del plata, 1 de septiembre de 2011
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