Carta abierta a la comunidad universitaria

No a la clausura democrática en la Carrera de Sociología

En el año 2007, luego de 30 años de su compulsivo y violento cierre, la movilización de graduados, docentes y, principalmente, estudiantes creó las condiciones de posibilidad de la reapertura de Sociología, que se vio cristalizada en un contrato-programa firmado entre la anterior gestión de la Facultad de Humanidades y el Ministerio de Educación de la Nación. La reapertura se vio inmediatamente refrendada por la masiva inscripción de estudiantes. Estudiantes que, además de poner sus cuerpos en las aulas, a inicios de 2008 tuvieron que hacerlo en las calles para, previo recambio de las autoridades de la Facultad, defender la novel carrera del boicot organizado por los nuevos mandatarios. Luego de la democrática lucha y movilización estudiantil que incluyó clases públicas, toma de decanato, radios abiertas, comunicados de prensa, etc., la nueva gestión tuvo que retroceder y mantener una tregua a regañadientes. Aquel retroceso no implicó un abandono absoluto de pequeñas triquiñuelas burocráticas para intervenir y ralentizar el proceso de institucionalización de Sociología, quizás la más destacable fue la privación del derecho al voto para todos los docentes interinos de la Facultad, los nuevos (mayormente de Sociología) y los viejos, los que nunca habían votado y los que lo venían haciendo desde hace años. Y todo esto, y estas son palabra del propio Antonio Manna en su fugaz y polémico paso por el decanato, para impedir cualquier cambio en la actual correlación de fuerzas de la facultad. Hoy, a tres años de su reapertura y a dos del intento fallido de cerrarla, la gestión, con los “docentes” Rosenthal, Coira, Bustos y el graduado Iriarte a la cabeza, aceptando la imposibilidad del cierre de la carrera apuestan fuertemente a su intervención, a la reducción de la planta docente, a las innumerables trabas en la apertura de nuevas materias y al “dedo”.

La “designación” unilateral e inconsulta de un nuevo coordinador de la carrera por la Decana se inserta en esta estrategia intervencionista. Un coordinador que ni reside en la ciudad ni es parte de la planta docente de la carrera. Desde el decanato, de esta forma, se desconoce el espacio democrático de discusión y toma de decisiones que a partir de 2007 viene funcionando en Sociología, con participación estudiantil, docente y graduada. El “dedo” de Halperín (el nuevo coordinador) ya se puso en marcha dando una muestra de lo que se viene si no logramos frenar la antidemocrática política de la Decana. No solo se ungió con la investidura de coordinador marginando de la decisión a miembros del Departamento de Sociología, que sí fueron elegidos democráticamente, sino que también desestima y devalúa a más no poder el formato “Registro de Antecedentes”, con el cual se venía seleccionando a la planta docente. De esto dan testimonio los múltiples conflictos e impugnaciones suscitados ante las “desprolijidades” en las selecciones realizadas en varios de los cargos llamados para el segundo cuatrimestre de este año. Frente a esta situación, la mitad + uno del consejo académico decide dejarle “el trabajo sucio” al nuevo coordinador, poniendo en sus manos la “resolución” de los órdenes de mérito de los casos conflictivos. Al interés particular y a la arbitrariedad absoluta se reduce la “política” de la actual gestión y su proyecto para Sociología.

Ante esta situación consideramos conveniente que de forma urgente los estudiantes, graduados y docentes nos movilicemos para exigirle a la actual gestión:

- La revocación inmediata del ilegitimo coordinador de la Carrera de Sociología.

- La instrumentalización de un mecanismo de elección democrática para el cargo de coordinador, donde participen la totalidad de los claustros de la Carrera de Sociología.

- El urgente llamado a Concurso de Oposición y Antecedentes para regularizar la actual planta docente de la Carrera.

Graduados y docentes de la agrupación “20 de Diciembre – Universidad Popular”