Compañeros:
El acto de escribir las líneas subsiguientes no está basado en la pretensión de dar consejos o en erigir nuestra opinión como cita de autoridad. Por el contrario, lo que pretendemos es tan sólo servirnos del análisis de la experiencia para realizar una evaluación del momento político presente, ya que consideramos que éste debe ser nuestro principal punto de partida.
En un primer momento, la conformación del frente de unidad que tomó forma en el “Frente 20 de diciembre” se basó en buena medida, en acuerdos programáticos de distintas agrupaciones estudiantiles de izquierda (la mayoría vinculada a partidos políticos de izquierda) en defensa de cuestiones generales como el pedido de mayor presupuesto, la democratización del cogobierno universitario, la derogación de
Todos estos procesos que se fueron dando, además de dar forma a un Frente de unidad de izquierda, permitieron sumar compañeros que se fueron identificando con este proyecto alternativo de Universidad, que fue tomando forma en la lucha. Esto permitió que el Frente 20 de diciembre fuera algo más que la suma de sus “partes” integrantes y pudiera nuclear a muchos compañeros independientes que comparten la idea de que se puede lograr una Facultad y una Universidad distintas, más acorde a las necesidades sociales y a la excelencia académica (ambas irremediablemente ligadas). Por otra parte, del lado opuesto, se fue conformando también un fuerte sector opositor al Frente, que ante el “espanto” de ver cercenadas buena parte de aquellas prácticas arbitrarias y personalistas a las que estaban acostumbrados, fue ganando en unidad y en fuerza, especialmente durante los últimos meses. En este sentido, creemos que aunque hoy ya sean muchos (o casi todos) los que afirmen que dicho frente “está muerto”, no puede decirse que la oposición piense lo mismo, ya que existe una clara “identificación” de todos aquellos que militamos o militan allí (y esto se refleja en presiones, trabas y persecuciones de diferente tipo hacia todos los militantes, sean estos docentes, estudiantes o graduados). Precisamente, nuestra oposición tiene plena conciencia de la potencialidad que tiene la acción de aquellos que intentamos construir una Universidad diferente (llevó a establecer alianzas más o menos sólidas entre personajes que no se pueden ni ver). Particularmente cuando seguimos dirigiendo el CEH, cuando ganamos becas, cuando nos sumamos a la planta docente, cuando ocupamos los órganos de co-gobierno. En el corto plazo se logró poner en crisis, gracias a la lucha conjunta, al grupo que históricamente venía manejando la Facultad a su arbitrio, y esto no es un logro menor. Quizás, sólo nos falte ese difícil pasaje desde estar en la oposición a pensar en darle forma y contenido a nuestro proyecto (o nuestros proyectos), para que de una vez por todas podamos empezar a plasmar nuestras ideas. Pero ello requiere serenidad, tiempo, unidad, reflexión y, tal vez, el enfriamiento de algunas pasiones. Los que se oponen son fuertes y no debemos subestimarlos. Si consideramos que ha sido importante lo hecho hasta aquí, pero aún más importante lo que queda por hacer, no podemos dejar de resaltar la importancia que la continuidad de esta fuerza que tanto costó construir tiene para el logro de dichos objetivos.
En concreto, nuestra intención con estas líneas es reivindicar la importancia que la acción conjunta de la movilización y la discusión dada en los cargos de cogobierno tiene a la hora de poder proyectar una política que pueda dar cuenta de las necesidades del movimiento estudiantil y de todos aquellos que comparten un proyecto de Universidad popular. La experiencia da claras muestras de lo importante que es utilizar todas las herramientas que históricamente el movimiento estudiantil fue ganando con las luchas (recordemos que el cogobierno es fruto del movimiento de
Frente de Graduados 20 de diciembre - Universidad Popular
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